El
máximo esfuerzo
“En los momentos críticos,
cuando se requiere un esfuerzo supremo, quien decide es la mente”.
La
recompensa del máximo esfuerzo, el camino al éxito
La decisión entre aceptar un esfuerzo
máximo o abandonar, es un problema psicológico. Unos luchan contra la fatiga y
otros no. El echarle el extra cuando el cuerpo y la mente están exhaustos es
solo para campeones. Para un beisbolista con mentalidad competitiva, la fatiga al final o en un momento crítico del juego, lo hace dar el máximo de su esfuerzo, echando el resto. En lugar de abandonar usan la aparición de la fatiga como señal para disparar las últimas reservas de energías.
Si se pretende actuar al límite de sus posibilidades se tiene que entrenar a la mente para que funcione al máximo en condiciones extremas. Eso no significa llegar a un sobreentrenamiento pero si probarse en esta condiciones de vez en cuando. El poder darlo todo es cuestión de un compromiso previo a la competencia.
Fijando los objetivos de
superarse más allá de los límites actuales y preparando a la mente, se superan
las barreras y se extienden los propios horizontes. Si terminas el juego, pensando que terminaste cerca de tu meta, que
te falto un pequeño empuje, que pudiste hacer algo más, que no te superaste
completamente, entonces es que debes planear mejor tus objetivos.
Existe una zona donde se deciden los
primeros puestos y esos si no son tuyos
todavía pero pueden serlo si te decides y si te interesa de verdad sin poner
condiciones, a dar todo lo que llevas adentro.
Una
de las causas por lo que algunos deportistas no rinden de acuerdo a sus
potencialidades es la presencia de
pequeñas indecisiones o de no acabar de tomar completamente en serio la
competencia. Y la línea que divide lo
perfecto y lo más próximo es tan imprecisa que depende de casi nada. Ese casi
nada a los niveles de alta competencia
puede ser una sola mala decisión, un golpe al autoestima, que es la
diferencia entre el primero y el segundo, entre el tercero y el octavo, o entre
el triunfo y la derrota.
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